Hoy en día, los ciudadanos utilizamos un mayor número de envases y entre todos debemos garantizar su reciclaje y que puedan tener una segunda vida.
Para ello, se pone en marcha un proceso que comenzamos los ciudadanos depositando los envases en los contenedores amarillos (envases de plástico, latas y briks) y azules (envases de papel y cartón) que los ayuntamientos ponen a nuestra disposición. Posteriormente, éstos se encargan de recogerlos y transportarlos a las plantas de reciclaje. Donde, finalmente, los envases se reciclan y se convierten en nueva materia prima con la que se fabrican nuevos productos.
Una vez que los productos han sido consumidos, el envase deja de cumplir la función para el que fue creado y se convierte en residuo. Es en ese momento cuando hay que recuperarlo para que pueda ser reciclado y contribuir así con el cuidado del medio ambiente.
Para hacer posible la recogida de los residuos de envases que generamos en casa, Ecoembes, colabora con las administraciones locales y autonómicas para que más de 46 millones de españoles podamos reciclar a diario nuestros residuos y así colaborar con el medio ambiente.
En total, en España están disponibles las 24 horas del día y los 365 días del año, 566.957 contenedores amarillos y azules para facilitar que los ciudadanos puedan depositar sus envases. Y son los ayuntamientos los encargados de recogerlos y llevarlos a las plantas de selección donde se clasifican previamente y luego son reciclados.
Para poder reciclar los envases que consumimos habitualmente, primero debemos separarlos en el contenedor correspondiente según el material del que están hechos. Así, los envases de plástico, latas y briks van al contenedor amarillo y los envases de papel y cartón al azul.
Una vez que los hemos depositado en el contenedor adecuado, los envases de papel y cartón van directamente a los recuperadores y recicladores. En ellos, tras una clasificación en función de las calidades, pasan a ser reciclados para posteriormente convertirse en nuevo material de papel y cartón.
Sin embargo, en el contenedor amarillo nos encontramos con tres grupos de envases muy distintos los envases de plástico, envases metálicos y briks, y antes de enviarlos a sus respectivos recicladores, se separan en las plantas de selección de envases.
Hay 95 plantas de selección repartidas por toda la geografía española, donde se separan los envases ligeros en, al menos, tres fracciones: metales (acero y aluminio), plásticos (PET, PEAD, Film y Plástico Mezcla) y briks. Un ejemplo de plástico PET es la botella de agua; de metal podemos destacar una lata de conservas y de Plástico Mezcla una bolsa de patatas fritas.
Cada fracción se dirige a su correspondiente reciclador, el cual se encargará de transformarlos en nueva materia prima.
Con esto se cierra el ciclo del envase, promoviendo el cuidado del medio ambiente, evitando que terminen en vertederos, sin ninguna utilidad, con un impacto ecológico negativo y dándoles una nueva vida.